De acuerdo a una encuesta realizada por Hotels Combined entre sus más de 34,000 seguidores de Instagram, la limpieza de baños y camas es lo más importante para los huéspedes de un hotel. Esto en 2018. Con la nueva realidad a la que nos ha obligado el Covid-19 a experimentar esto es ahora incluso más importante.
Si la limpieza de una habitación no es prácticamente perfecta, podemos esperar huéspedes enfadados, abandonando la habitación, desplantes y hasta escándalos. Algunos expertos prevén que incluso la llegada de los huéspedes con lamparas UV para buscar manchas en las sabanas de las camas podría llegar a ser una nueva tendencia.
Un excelente lavado de blancos, ya no es opcional para la nueva realidad, es obligatorio. Debemos lavar nuestros blancos de preferencia dentro de las mismas instalaciones, supervisando la calidad, controlando el proceso de lavado y empleando productos de calidad que nos permitan alcanzar las nuevas exigencias de limpieza e higiene de nuestros huéspedes.
Contar con equipos profesionales, capacitación adecuada de nuestro personal de lavandería se han convertido en un diferenciador que nos permitirá recuperar nuestra ocupación.
En el diagrama mostrado por el círculo de Sinner, podemos ver los cuatro factores que afectan nuestra calidad de lavado: Producto Químico, Energía mecánica (realizada por un equipo de calidad), temperatura y duración de nuestro de lavado. Tenemos que buscar el balance correcto para lograr los resultados correctos.
La recuperación de ocupación comienza en la lavandería. Una higiene y sanitización correcta nos permitirán recuperar nuestra ocupación. Preguntar e investigar como lavar correctamente nos llevarán a cumplir con las expectativas de limpieza de nuestros huéspedes.